• La sostenibilidad en el turismo es uno de los desafíos que enfrentan actualmente las ciudades que comienzan a transformarse por la vocación que genera ser destino de los viajeros. Los resultados no siempre son positivos.
• El fenómeno del turismo masivo puede tener efectos como la gentrificación de las zonas residenciales, un asunto que podría reflejarse en Medellín donde se consolida un turismo de experiencias urbanas como parte de la transformación de la ciudad.
El turismo es considerado una de las principales fuentes de derrame y crecimiento económico de los centros urbanos y por eso en muchos lugares se apuesta por la creación de planes o marcas de ciudad para atraer la visita masiva de viajeros, lo que plantea desafíos a la sostenibilidad de los destinos. Por eso ahora se habla de turismo sostenible que incluye, entre otros objetivos, que los visitantes sean respetuosos con la cultura, la biodiversidad y las condiciones ambientales, además de estar dispuestos a contribuir con su presencia económica y social en el desarrollo de las comunidades que visitan.
“El turismo sostenible habla no solamente de tener un control sobre el impacto ambiental. Según la Organización Mundial del Turismo habla de cómo promover un turismo que realmente responda a las necesidades de las comunidades y que respete los entornos. Cuando el turismo es muy grande, las ciudades pueden tener unas complicaciones, por ejemplo, la gentrificación. Esto puede afectar a los habitantes y lo que piensa el turismo sostenible es que siga siendo un lugar para los locales”, expresa Laura Isabel Rojas de Francisco, doctora en Humanidades y coordinadora del área de Sociología del Consumidor en EAFIT.
La ampliación de la sostenibilidad al turismo se extiende hoy en el mundo por el impacto social y ambiental de los visitantes en masas en distintas latitudes, sitios que en años recientes se han transformado en centros de interés turístico para miles de visitantes diariamente.
Los conocidos casos europeos de Barcelona (España), Venecia (Italia) y Dubrovnik (Croacia), todas estas con costas en el Mediterráneo que reciben la llegada de cruceros con miles de turistas, son ejemplo de los efectos de la práctica de esta actividad no sostenible en los territorios, lo que ha creado, incluso, episodios de “turismofobia” por el impacto que dejan en sus comunidades.
La sostenibilidad son las dimensiones social, ambiental y económica, según explica María Alejandra González Pérez, profesora del Departamento de Organización y Gerencia de EAFIT, quien complementa que lo que se busca “es un turismo que consuma bienes y servicios que generen valor y trabajo digno para otras personas, que lleven al desarrollo social y económico de las comunidades”.
No obstante, la llegada masiva de inesperados visitantes a sitios que no cuentan con la infraestructura necesaria para su acogida afecta aspectos del medio ambiente, generando, por ejemplo, toneladas de desechos e interviniendo en las dinámicas de la vida cotidiana de los pobladores locales. Uno de estos impactos es la gentrificación asociada a la actividad turística.
Este concepto de gentrificación se aplicó por primera vez en Europa, en relación con el aumento del costo de vida y las propiedades inmobiliarias por el crecimiento de la ciudad, que obligó los habitantes tradicionales abandonar los territorios.
Para tratar de remediar y prevenir esas situaciones, y desarrollar turismo sostenible, expertos del tema en EAFIT consideran que es fundamental la voluntad del sector político, de empresas y emprendedores para crear paquetes turísticos que generen un verdadero intercambio comercial donde se beneficien las comunidades.
El caso local
Medellín no es ajena a las dinámicas del turismo global y a escala más pequeña se pueden presentar impactos. Puede ser el caso de barrios en El Poblado que ahora cuentan con una vocación turística impulsada por la presencia de hoteles, restaurantes y locales comerciales, en los que se ha presentado una transformación social y urbana.
Recientemente, algunos de estos efectos se presentan en la Comuna 13, donde las intervenciones del sistema de transporte público del Metrocable e innovaciones urbanas como las escaleras eléctricas han impactado en el desarrollo económico y convertido esta comuna en zona turística con los retos que eso implica para la protección del espacio público y la vida cotidiana en la zona.
Luis Fernando Álvarez, conocido como El Aka, reconocido líder cultural y ambiental de Medellín y uno de los habitantes de la Comuna 13, ha sido testigo de la transformación que ha tenido su barrio en la reciente década. Aunque destaca el impacto económico en el territorio, como sucede en algunos barrios de la zona con planes como el ‘graffitour’ que ofrecen distintos operadores alrededor de las escaleras eléctricas, reconoce los retos que implica la visita masiva de turistas.
“La gente del territorio, realmente, no utiliza las escaleras eléctricas, pero si los caminos que están equidistantes. A muchos les gustan los turistas pero mucha gente dice que ya no puede tener privacidad, como sacar a tender la ropa. Lo otro son los desplazamientos, hay gente a la que le subieron el arriendo y el tema de la memoria es problemático porque cada uno está haciendo un relato distinto”, señala este estudiante de la maestría en Estudios Urbanos y Ambientales de EAFIT.
Esos retos podrían ser resueltos con un turismo sostenible que según destaca Beatriz Eugenia Bedoya Velásquez, experta en Ciencias de la Administración y profesora del Departamento de Negocios Internacionales de EAFIT, requiere de la incorporación de normas técnicas como punto de partida para que las empresas turísticas empiecen a operar de manera sostenible.
En ese sentido, la eafitense señala que no solamente desde el Gobierno, sino también desde los diferentes reguladores locales y regionales hay una fuerte apuesta por el turismo sostenible, que tiene que ser planeada de una forma responsable. “Hay una concentración importante de esfuerzos en enseñar a las personas que están en la industria para sensibilizar sobre las prácticas y las modalidades de lo que significa hacer un turismo sostenible en todas sus dimensiones”, dice.
“Creo que hay que regular el tema del turismo, entender horarios de recorridos, de operadores y de formación que es muy necesario. Y eso no se está visualizando”, comenta El Aka sobre el asunto en la Comuna 13.
María Alejandra González, por su parte, complementa que “hay que tener una infraestructura para atraer un turismo que invierta dinero en conocer la ciudad, podemos tener experiencias culturales, gastronómicas, arquitectónicas. La ciudad tiene mucho por ofrecer, pero hay que tener una combinación en la que participen diferentes actores gubernamentales, empresas privadas y gestores turísticos que ayuden a que esto pase”.
El turismo sostenible en las costas
Como parte el proyecto Storem, financiado por el programa Erasmus+ de la Unión Europea, investigadores de EAFIT investigan las conexiones costeras y el turismo de playa como parte de un acuerdo académico que busca mitigar los efectos de estas prácticas en el medio ambiente.
El objetivo es lograr la preservación de los ecosistemas costeros y la inclusión de sus comunidades en el desarrollo económico de los territorios, los cual es un desafío que actualmente enfrenta el turismo sostenible en el mundo. En Colombia, esta situación es preocupante por la amenaza a la biodiversidad que esto significa.
Los investigadores han identificado impactos graves en la contaminación de las zonas costeras de Colombia, lo que está afectando los ecosistemas de coral, los manglares y los pasos marinos. Además, el desarrollo urbano de hoteles, según destacan los científicos, debe estar bien pensado para no generar un impacto negativo sobre las costas como la degradación del agua.
“La población siempre está creciendo como parte de las economías del turismo. Prácticamente, en las zonas costeras como el mar Caribe la sostenibilidad del turismo depende de la sostenibilidad del medio ambiente. Por eso necesitamos capacitar en temas de cómo proteger y manejar los recursos ambientales en las zonas costeras”, comentó Marko Tosic, doctor en Gestión Costera y Marina del programa Erasmus+ Mundus e investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra de EAFIT, quien hace parte de la misión internacional de Storem.
Mediante este programa internacional se busca implementar maestrías y cursos de posgrado en cinco universidades de Latinoamérica y el Caribe para estudiar modelos de turismo sostenible que garanticen la conservación de los recursos ambientales y el bienestar de las comunidades.
Fuente: EAFIT Noticias